Yo soy una de esas personas que no puede vivir sin música. La música está en todos lados, no puedes huir de ella. La música nos envuelve.
Nos rodea con los medios de comunicación; nos sorprende en la calle, asomándose discreta y coqueta por alguna ventana entreabierta; nos despierta por la mañana; hace eco en nuestra mente; nos sigue incluso con el ritmo de nuestros pasos al caminar.
Además, la música nos acompaña cuando estamos tristes o felices. A la mayoría de las personas les consuela o anima oír una canción que refleja lo que sienten, nos volvemos adictos a aquellas canciones que "nos comprenden", por decirlo de alguna manera.
Es tal el poder de la música que, en el libro "Musicofilia", el autor Oliver Sacks nos cuenta como ésta ayuda a enfermos mentales. A algunos pacientes de esquizofrenia tocar un instrumento les permite tener mayor control sobre su mente.
Remember when you were young,
you shone like the sun...
Shine on you, crazy diamond
Desde pequeña he estado fascinada por la música. Además mi padre es increíble con la guitarra y ha compuesto muchas canciones, lo cual me fascinaba aún más. Pero llegado un momento dejé de cantar, bailar y todo lo que implicase un contacto muy directo con la música; conformándome únicamente con oírla. Y eso sucedió al empeorar esta relación padre e hija, que existía únicamente cada dos fines de semana. Cosas de divorcios, cosas de custodias.
Al principio era soportable, comentarios como No sirves para nada, no me llegas ni a la suela de los zapatos, no vas a lograr nada en tu vida. Entre ellos un Deja la música porque das lástima que, aunque quizá ahora no me lo tomaría tan al pie de la letra, yo tenía unos diez años y eso me marcó y estuvo dentro de mí hasta hace unos meses. Luego el tono fue subiendo, insultos, odio, desprecios y, una vez, un bofetón. Por su parte: alcohol. Por mi parte: lágrimas.
Now there's a look in your eyes...
like black holes in the sky.
Shine on you, crazy diamond
REGALO SUYO QUE AÚN CONSERVO |
You were caught in the cross fire
of childhood and stardom
blown on the steel breeze
Come on you, target for faraway laughter
Come on you, stranger
You, legend
You, martyr
...and shine!
Pero, cuando una persona se consume, llega un momento en el que debe elegir si desaparece o si vuelve a existir.
Yo preferí seguir existiendo.
Dejé de ir, dejé de verle. Alguna vez recaí y volví a ir con él, pero ya se ha acabado. Se acabó en octubre de 2011, unos días antes de mi cumpleaños, unos días después de mi operación.
Entonces, empecé a tocar la guitarra y a cantar en mi habitación con la puerta cerrada. Era el método de desahogo más eficaz, y lo sigue siendo a día de hoy.
Gente que me quería y me quiere, me ayudó muchísimo. Consiguieron sacarme del agujero donde había caído hacía ya unos años. No sé como, pero lo consiguieron.
En verano, me pasaba las tardes aprendiendo nuevas canciones en la guitarra para cantarlas con mi prima.
Empecé a ser feliz y empecé a trabajar como sustituta del arco iris.
You reached for the secret too soon
and you cried for the moon.
Shine on you, crazy diamond
Pink Floyd y Green Day me acompañaron todo el verano y me ayudaron a mejorar. A ratos no podía evitar llorar pensando en él, pero la música me lo hacía más llevadero. Sobre todo, la canción "Wish you were here". Supongo que, al reflejar tan bien mi situación, me consuela.
Pasé casi todo el mes de agosto en Granadilla, Cáceres, con una beca para ayudar a la restauración de dicho pueblo abandonado. La enorme sorpresa que me llevé al ver que allí tenían guitarras disponibles para usar en cualquier momento...
Threatened by shadows at night,
and exposed in the light.
Shine on you, crazy diamond
PABLO & ME |
La última noche de campamento, nos reunimos los 75 granadilleros e hicimos bailes y actuaciones que habíamos estado practicando. Tras esto, un monitor cogió una de las guitarras y nos cantó una canción. Entonces, desde el otro lado de la sala, Ángela me miró, y me señaló mientras movía los labios diciendo Ahora vas tú. Le hice todo tipo de gestos para dejarle claro que no, ni en sueños. No había cantado en años. Desde lo de mi padre no había vuelto a cantar. Me había soltado un poco, pero cantar ante todos ellos era demasiado...
Cuando me di cuenta, todos gritaban mi nombre y el monitor me había dado la guitarra. Caminé medio zombie hasta el centro de la habitación y me la coloqué. Los miré 'Os odio, ¿va?'. Todos reímos. Y canté. Y salió bien.
Well, you wore out your welcome
with random precision
rode on the steel breeze.
Come on you, raver
you, seer of visions.
Come on you, painter,
you, piper,
you, prisioner...
AND SHINE!
LOS LIVERTOS |
Sientes que el mundo se desvanece cuando estás ahí arriba, tomas el micro entre tus manos y el tiempo se para. Existes tú, existen ellos, y existe la música. Sin embargo, tu mente deja de existir con cada canción. La consciencia regresa a ti únicamente con cada acorde final. Me cuesta recordar las actuaciones, es como si algo mágico me poseyera y luego me volviera a depositar sobre el escenario.
Pronto tocaremos en el Milord. Ojalá sea ya, añoro la sensación de flotar entre notas musicales.
FOTOS DEL CONCIERTO, FESTIVAL DE SANTA CECILIA
Además de mis Livertos, tengo algunos amigos que están muy muy metidos también en el mundo de la música, y es genial poder compartir este amor con gente a quien quieres.
Esta es Maribel, canta con el grupo Alma Musical y, a parte, compone sus propias canciones. En breve tendrá tres canciones propias ya registradas.
Alba, una genialísima vocalista. La conocí el día del festival de Santa Cecilia. Desde entonces vamos juntas a clases de canto y hablamos todas las tardes. Canta muy muy bien y es una niña fantástica.
Mi Henry. Es amigo mío desde hace ya unos cinco o seis meses. Toca la guitarra, canta y compone canciones. Canciones demasiado buenas. Y tiene un estilo suyo propio que me encanta.
¿Conclusión? Shine on you, crazy diamond
Shine!
No hay comentarios:
Publicar un comentario