martes, 18 de junio de 2013

My mental pollution ~

Contaminación mental.
¿Qué es para mí la contaminación mental?
Para mí, es todo aquello que ocupa mi cabeza.
Aquello que no me permite poner la mente en blanco.

Y con esto no quiero decir que la contaminación mental sea mala. Una parte es buena y otra mala. La parte que intentas eliminar, aquello que te preocupa o te confunde... esa parte es la mala. Pero hay cosas que prefieres conservar.

Si dejaras la mente en blanca por un segundo, ¿en qué te gustaría pensar?
Esa, esa es la parte buena.

¿Y por qué llamo contaminación mental a las cosas que habitan mi cabeza?
Pues porque ¿a quién le importan?
Es decir, soy una persona. Hay siete mil millones de personas.
Mi existencia no es más importante que la de los demás, ¿por qué iban a serlo mis pensamientos?


En la parte mala de mi contaminación mental, hay varias cosas.
No las recuerdo todas siempre, se pasean a ratos, según les apetezca.
Hay días que ninguna me visita.
Pero hay días que se quedan todas a dormir.

En esta parte viven recuerdos. Recuerdos, por un lado, de mi padre.
Ese padre con el que no me hablo desde hace meses, y al que no veo desde hace más de un año entero.
En este caso un año entero es mucho tiempo, ¿eh?
Viven también recuerdos de mi otro instituto. Horribles todos.
Pero la contaminación mental mala te hace fuerte y permite que disfrutes de las cosas buenas. Si todo fuera bueno, no lo notaríamos, sería monótono.
Las cosas malas hacen que puedas apreciar las buenas.

Como los buenos amigos. Todos tenemos amigos que sabemos que son de poca duración por mucha relación que se tenga. Pero hay otros que están siempre ahí. Y digo "otros" como si fueran mucho, que realmente tendré dos o tres.
Pero esos dos o tres valen más que todos los demás juntos.
Saber que los puedes llamar cuando haga falta, saber que están ahí para ti. Que confíen en ti, poder ayudarles. Eso es una maravilla.

Como las personas especiales. A veces, cuando menos lo esperas, ¡pam! aparece una persona especial. Una persona con la que quieres compartir tus días, a la que quieres dar todo. Apoyo, amor, días, vida. Y yo soy muy afortunada de tener a mi persona especial conmigo. El 29 hacemos ocho meses juntos, y ojalá sean años.
En este caso un año es poco tiempo, ¿eh?

Como los gustos y los hobbies. Yo no sería nadie sin pintar, sin ver, sin escribir, sin pensar, sin opinar, sin razonar, sin crear, sin cantar, sin componer, sin escuchar. Para mí, estos verbos son sinónimos de la palabra aire. No puedes vivir sin aire.

Como la satisfacción. La sensación que sientes al lograr un reto que te has autopropuesto o te han propuesto otros. La sensación de dedicarte a lo que te gusta. La sensación que te llena al hacer matemáticas sabiendo todos los procedimientos. La sensación que sientes por dentro al hacer las cosas bien. La sensación al superar obstáculos. Y mil más.
Todas satisfactorias.

Y puede que a nadie me importe.
Y no le importará a nadie.
Excepto a mí.

A esto se debe el nombre de mi pequeño blog.
Es solo un blog entre montones que hay en la red.
Pero es mío y me importa.
Es un sitio donde verter de forma sutil y con humor mi preciosa contaminación mental.

"De lo que te diga la gente no te creas nada, y de lo que te diga yo, creete la mitad" Mi padre.



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